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Naomi: la chica que no se olvida

Hay personas que pasan por tu vida como el viento: te rozan, te despeinan, pero se van.
Y luego está Naomi.

Naomi tiene 18 años y es de Colombia, aunque podría ser del sol, del mar o del mismo Caribe por la energía que irradia. Su melena es una de esas cosas imposibles de olvidar: larga, rebelde, con rizos que parecen tener vida propia. Cuando se mueve, es como una corriente que te arrastra sin pedir permiso. Te envuelve, te desorienta, te hace perder el norte… pero no te importa. De hecho, te gusta. Porque perderse con Naomi es mejor que encontrarse en cualquier otro lugar.

Tiene una risa clara, de esas que se quedan en el aire como una canción que no puedes dejar de tararear. No importa dónde estés: si Naomi está cerca, la atmósfera cambia. Se siente más ligera, más brillante, como si todo pudiera ser un poco más bonito simplemente porque ella está ahí.

No es solo su físico, aunque es innegable que llama la atención sin siquiera intentarlo. Es su carisma. Su forma de mirar como si conociera todos tus secretos pero te aceptara igual. Su simpatía natural, sin esfuerzo, que hace que todos bajen la guardia. Naomi no necesita gritar para que la escuchen, ni destacar para brillar. Es el tipo de persona que entra a un lugar y de pronto nadie más importa.

Tiene esa mezcla peligrosa de dulzura e intensidad. Puede hablarte de sus sueños con los ojos brillando, y al segundo estar riéndose de una tontería, como si no hubiera prisa por crecer. Es intensa, sí. Pero de esa intensidad que no quema, sino que calienta. Que te hace sentir vivo. Que te empuja a ser mejor sin que lo notes.

No le gusta lo obvio. Prefiere las miradas sinceras a los halagos baratos. Los planes espontáneos a las rutinas aburridas. Y si tienes la suerte de que te elija como compañía, prepárate: Naomi no es alguien a quien se le puede seguir el paso con medias tintas. Ella no se entrega a medias. Cuando está contigo, está de verdad. Con todo. Con su risa, sus historias, sus ideas locas y esa forma única que tiene de hacerte sentir que, por un momento, el mundo es un lugar mucho más amable.

¿Te atreves a conocerla?
Ten cuidado. Porque una vez que Naomi entra en tu vida, ya no hay marcha atrás.
Y lo más curioso es que no querrás darla.